El hastío entreteje telarañas
con estambres de atmósfera dormida;
hilos de soledad que trepa, loca,
por las pulidas aspas de la luna
en una noche donde todo es mudo.
El hastío, las brisas y la luna...
Argamasa de sueños no soñados
que súbitos titilan aturdidos,
que de pronto embravecen y en silencio
proclaman las palabras subrepticias
que la boca no sabe y sí la sombra.
El hastío entreteje telarañas.
¿Dónde estaba tu mano en esta hora,
desatenta Penélope indolente?
Crece y crece la trama, sucia, ruda.
Luz de luna y silencio en las aceras;
ninguna voz sonando a bienvenida.
Ninguna. Sólo hastío, brisa, luna.
No hay dedos que desaten lo anudado.
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