El
proseta ve pasar a su amada en forasteros brazos y, dolido, desea abordarla…
mas se arredra.
Prosema
Te vi pasar, de tarde,
por la calle, del brazo de radiantenuevo amor, vestida con sonrisas que no eran
para mí. Y mi errabundo corazón se puso, de repente, a rodar, a dar vueltas,
vueltas, vueltas… como un trompo embriagado, como un faroveleta…como un niño
jugando a ser dichoso.
Fanal de llama negra,
en una noche de canales ciegos. Veleta desquiciada; crío que ha de caerse y
llorará.
Quise acercarme,
hablarte, oir despetalado mi nombre por tu acento.
Mas supe que, al
hacerlo, truncaría la fiesta de tus labios. Me mirarías seria, con ese atroz
cariño doloroso que guardas para mí.
Tu risa era tan bella
que no quise matarla. Te alejaste, de tarde, por la calle, del brazo de tu
amor.
Trompoveletafaro
vanamente girando. Niño que se extravía.
Anestesiado corazón
vacío, qué triste te me pones, de repente.
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