lunes, 6 de junio de 2011

UN SENTIDO

Día nacido gris, domingo de diciembre que poco a poco aclara:  tenues velos de sol regocijado. La tarde ronronea -gato que se distiende-, juega con refulgencias en los tejados rojos. Dormita el aire limpio, soñando con neviscas. Vapor de nubes quedas. Resoles en los vidrios.
Durante un breve instante, mundo todo se sume en abandonos. Solitaria mi acera. Ningún sonido, nada. Los verdinegros, duros rosales del Paseo, son realidades últimas de ausencia. Sombra de los balcones, avanzando;  vapor de  nubes  idas.  Hay un sentido oculto, de renuncias;  hay una  paz dulcísima  que oscila; algo pequeño, tibio, que se alza con un presentimiento de inminentes significados nuevos...
Pasos en la calzada: el encanto se rompe.

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