miércoles, 27 de abril de 2011

SEPTIEMBRE

Amarillo septiembre; ocaso de domingo. Tarde que poco a poco desenhebra nostalgias. Una tarde cualquiera de domingo en septiembre. Quieta monotonía; el esplín como un lienzo que recubriera muebles en desuso: gris mortaja de polvo, en el enero solo de una casa de playa. Apatía con velos de penumbra; amarillento el aire.
Un violín descordado el alma sola, manuscrito expectante en las manos de un ciego. Largamente atardece. Amarillo, septiembre brinda aromas de olvidos. Susurra brisa suave.
Súbitamente el sol en la ventana: ramalazo postrero, furtivo rayo huido de nubes purpurinas. La atmósfera restalla, vibran transformaciones: los objetos se adornan con reflejos vivientes; la realidad entera, sacudida, hierve con animados significados nuevos. Todo parece fácil y cercano, posible:  basta tender la mano... Pero es sólo un instante.
Nueva, turbia, la noche. Inmemorial, septiembre. Monótonas las horas amarillas. Melancólico el aire. El alma, displicente.

1 comentario:

  1. Brillante descripción de un atardecer de otoño, tras un cristal, pero persiviendo sus aromas.- de un otoño que con sus colores, maravillosos e imborrables; que con sus sonidos apáticos y claros nos van invadiendo el alma, añorando quién sabe que cantidad de cosas que hemos dejado atrás.- Brillante, como el otoño mismo.-

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