miércoles, 29 de febrero de 2012

ACERCA DE LA ESCULTURA TEXTIL

Segunda  parte.

     Vimos en el comentario anterior cómo, a partir de los años 60 del S. XX, se ampliaban las posibilidades de utilización textil de todo tipo de fibras hasta entonces desdeñadas. Naturalmente, este incremento del interés por los materiales fue unido al desarrollo de nuevas técnicas, que no sólo se apartaron del tejido, sino que revolucionaron por completo el concepto mismo de "textil."
     A los distintos tipos de anudado -macramé, red, etc.- el bordado y las tradicionales labores de ganchillo, aguja o cosido, se unieron procedimientos como el relleno, variantes de la cestería, aplicación -derivada del collage- y otros, hasta desembocar en las denominadas "técnicas personales" que admitían todo lo que la imaginación del artista pudiese concebir. Esta evolución llevó, como no podía ser de otra manera, hasta extremos que levantaron grandes polémicas, como la aceptación, dentro de lo textil- del papel hecho a mano.

     Era perfectamente admisible que la obra fuese un conglomerado de elementos no realizados por el artista -telas industriales, sogas, fibras no hiladas, etc.- siempre que la conjunción de tales elementos en la obra sí fuese su trabajo personal. En la  primera imagen  puede verse un detalle de una instalación de Magdalena Abakanowicz ("Embriología", 1978-79) formada por multitud de elementos realizados con la técnica del relleno, a partir de arpillera, otras telas y fibras.  La segunda corresponde a una de las "Imágenes de la estructura humana", 1974-75, de la misma artista que, con similares materiales, comprimidos contra un molde y fijados con algún tipo de resina, modela un total de 12 figuras humanas, todas distintas, dispuestas sobre soportes metálicos.

     La foto en color corresponde a "Pájaros", de Aurelia Muñoz, 1982. Se trata de una serie de formas de lona cruda sujeta por barras metálicas, que explora las posibilidades de lo textil como superficie flexible. Las barras actúan como ejes de las distintas articulaciones, permitiendo variar -mediante cables o tensores- la posición de  todas las partes de cada una de estas "aves" textiles, modificando así su  expresión.
     Finalmente vemos "Canoas del Espíritu", de Carol Shaw, 1985, como muestra de una de las muchas "técnicas personales". En este caso, un tipo de anudamiento o ligaduras de lino,  uniendo finas varas de sauce coloreadas con tinturas.
     Por supuesto, todo el abanico de procedimientos que, de forma muy incompleta, hemos analizado, no sustituyó nunca al mural o la escultura tejida, como se puede ver en el último ejemplo:  un enorme montaje de tipo escenográfico realizado por Abakanowicz para el Hospital de Huddingen (Suecia) en 1972. La espacialidad es tratada aquí como una imponente conjunción de planos texturados que se despliega en una superficie de 7 por 7 metros.
     He procurado trazar un panorama, breve y reducido, de la evolución textil de las últimas décadas del siglo XX. Queda para una tercera parte el comentar algunas obras realizadas por mí, acordes con esta evolución de técnicas y materiales.

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