miércoles, 14 de marzo de 2012

INSISTENCIA

     Amanece y el hombre despierta de estéril ensueño. En distancias de tácito cielo, una estrella resiste bajo el fuego de duras saetas solares. El hombre le dice: "¿Por qué te fatigas?  Tu lucha es inútil."  Pero sigue la estrella brillando:  no puede otra cosa.

     El hombre camina. En distancias de cielo rojizo, parece perdida la única nube, un letargo de púrpura débil y vientre combado.  El hombre le dice: "Holgazana, muy tarde venida al convite del viento, no vuelas, no mudas tu inválido hueco de vaho que lluvias ni sombra depara.  Tu tiempo ha pasado, olvida tu anhelo."  Pero sigue la nube flotando:  no sabe otra cosa.

     El hombre camina y camina por urbes desiertas, por campos vacíos, por sendas borradas, por rutas perdidas. La fatiga en sus huesos es víbora oscura; las manos gastadas, los ojos velados por largos afanes, por ansias perdidas. Camina, camina, camina, camina...  no puede otra cosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario